Artículo publicado en la Revista El
Labrador, [S.l.], v. 1, n. 05, jun. 2019. ISSN 2215-4981. Fecha de acceso 4 jun. 2019.
HACIA LA ORGANIZACIÓN INTELIGENTE
Róger Méndez, Ph.D.
Universidad
Internacional San Isidro Labrador, UISIL, San José, Costa Rica. Escuela de
Administración de la Universidad Nacional, UNA, Heredia, Costa Rica; Instituto
de Finanzas y Negocios Libertad, INFINELI, NJ, USA.
Resumen: El ambiente donde las empresas comerciales, organizaciones sin fines de
lucro, las entidades y agencias del Estado llevan a cabo sus actividades, está
sobrecargado de complejidad, variedad, cambio, y sobre todo, de mucho ruido. El
manejo exitoso de dicho ambiente por parte de la organización, ha requerido de
la observación detallada de las variables y categorías de estudio que le dictan
a la empresa cómo llevar a cabo su dinámica empresarial. En este caso, el éxito
se constituye en gestión acertada, y la gestión acertada se compone de cambios
dinámicos que le permitan a la empresa: crear, desarrollar y sostener una serie
de prerrogativas esenciales que le habilitan tanto la cooperación, como la
competición, con saldos positivos y obtención de beneficios, todo esto mientras
asegura permanencia dentro del contexto. Este artículo trata de cómo las
organizaciones inteligentes establecen
un modelo de gestión que les permite
lidiar con los desafíos que le presenta el contexto ambiental.
Palabras clave: Burocracia, Ordenación Científica, Relaciones
Humanas Laborales, Imágenes de la Organización, Organizaciones Inteligentes,
Información, Conocimiento.
Cómo citar este artículo: Méndez
Benavides, Jorge Róger. “Hacia la Organización Inteligente”. Revista El Labrador, [S.l.], v. 1, n.
05, jun. 2019. ISSN 2215-4981. Disponible en: <https://www.uisil.ac.cr/uisil-journal/index.php/Revista/article/view/108>. (Fecha de acceso: 04 jun. 2019).
INTRODUCCIÓN.
La mera existencia en el contexto espacio-tiempo se ha tornado un asunto
difícil de manejar para las organizaciones, sean éstas empresas comerciales, agencias
del Estado, entidades públicas u organizaciones sin fines de lucro y sin ánimo
de pérdidas. El porqué de esta dificultad ha llevado a una serie de científicos
sociales en el campo de las organizaciones a sugerir una serie de patrones de
conducta organizacional que han derivado en el nacimiento de la última de las
escuelas de la gestión, es decir, hablamos del surgimiento de la Escuela de las
Organizaciones Inteligentes. Un breve repaso al tema ─al cual le estaremos
dedicando un artículo aparte en los próximos días─ indica que la gestión de
organizaciones ha venido acumulando una serie de enfoques o escuelas que bien
se pueden resumir en lo siguiente: La primera escuela surge en la Antigüedad a
la sombra de la conducción de los diversos imperios, estos imperios como el
imperio babilónico, requerían de una serie de pautas para su dirección, dichas
pautas se fueron aceptando como reglas de gestión, moldes o prototipos que
funcionaban como representaciones y esquemas modelados, en la Antigüedad los
imperios echaron mano a la relación fructífera entre el poder que otorga el
manejo de las creencias religiosas con el manejo de los asuntos públicos, de
esa forma, se nota claramente como las primeras orientaciones en materia de gestión, venían otorgadas directamente por
los dioses a los encargados de conducir los imperios. Este mandador recibe de
los dioses una serie de reglas para llevar a cabo su labor de dirigente
cabecilla de un conglomerado social, en dicho rol de jefatura fungía como un
sacerdote y como un gobernante de ahí que se auto proclamaba como “Pontifes
Maximus”, es decir, constructor de puentes entre los dioses y los hombres…,
como quien dice regente de todos los misterios ocultos de la relación entre los dioses y los
hombres. En este rol encontramos al primer hombre fuerte de la Historia de acuerdo
con los manuales de Historia y de acuerdo con la propia Biblia, en el libro del
Génesis, 10:8-10 (Moisés y varios, 1960) , hablamos de Nimrod,
fundador del primer reino después del diluvio universal, Babilonia es un
término que proviene del acadio Babilum que significa “La Puerta de Dios”…,
este Nimrod era miembro de una tribu semita
llamada los amorreos o amoritas, de quien también proviene el sexto rey de la primera dinastía de Babilonia,
hablamos de Hammurabi, estos dos hombres son connotados dentro de la historia
de los imperios mesopotámicos, dado que, Nimrod fue fundador del reino de Babel, que reunía las ciudades de Babel,
Erec, Acad y Calne, mientras que Hammurabi es el fundador y consolidador de
dicho Imperio Babilónico, quien recibió de la mano del mismo dios Shamash las 282 leyes y decretos para gobernar
el imperio, la estela de Hammurabi es el registro histórico de lo que se
afirma, nótese en dicha estela que Hammurabi está de pie ante el dios Shamash que se
encuentra sentado, es decir, este dios Shamash duplica la altura de Hammurabi y
es quien valida a Hammurabi.
Imagen No. 1: Estela de
Hammurabi,
Museo de Louvre.
Es decir, el
primer modelo de organización social e imperial
fue dada por los dioses a los hombres, por consiguiente, el hombre que recibía
esas reglas se constituía en el máximo
sacerdote y gobernante de la sociedad.
Este aspecto donde es un dios quien define los atributos del contexto,
los atributos del modelo de organización y los atributos del gobernante,
perduró durante muchos años en la Historia. La validación del modelo de
gobierno y del propio gobernante o líder, es decir, del modelo de gestión,
provenía directamente de los dioses. Nótese como Moisés recibe de las manos de
Jehová la tabla con los 10 mandamientos y posteriormente, las 613 ordenanzas de la Torá.
Imagen No. 2: Moisés
recibiendo los 10 Mandamientos, fuente: Imagen de Harry Anderson.
Es Jetro de
Madián quien en la primera asesoría internacional de gestión que registra la
humanidad, le sugiere con sumo cuidado a Moisés, la forma de ordenar al pueblo
hebreo y cómo escoger dentro de los
hombres, jueces o líderes para llevar a cabo la tarea de la conducción, véase el libro de Éxodo: 18: 13-27 (Moisés y varios, 1960) , en este
particular, se nota en la asesoría de Jetro a Moisés, el establecimiento de una
jerarquía de 7 niveles, en el primer nivel el pueblo mismo, en el segundo nivel
jueces de decenas, en el tercer nivel jueces de cincuenta, en el cuarto nivel
jueces de centenas, en el quinto nivel jueces de millares, en el sexto nivel Moisés y en el séptimo nivel el propio Jehová
Dios. También, Jetro le suministra a Moisés cuatro competencias básicas a
distinguir y reunir entre quienes serán los candidatos al cargo de juez, es
decir, la teoría de la dotación de personal a la organización por medio de
competencias tiene su nacimiento en dicha asesoría de Jetro a Moisés.
Este estado imperial
se valía de una institución que ha venido transformando su rostro hasta nuestros
días, hablamos de la esclavitud. Sin la esclavitud es imposible comprender la
existencia de los imperios de la antigüedad, la esclavitud permitía el trabajo
sin remuneración. En la antigüedad, el trabajador recibía una connotación
desdeñosa, insultante, peyorativa, (Anderson, 1974) , indica Perry Anderson lo siguiente,
destacando la carga semántica despreciativa que la antigüedad le daba a los
trabajadores:
“La teoría romana definía al esclavo agrícola como instrumentum vocale,
herramienta que habla, y la situaba un grado por encima del ganado que
constituía un instrumentum semi vocale, y dos grados por encima de los ásperos,
que eran instrumentum mutum” Anderson (1974:31).
En el devenir
de la humanidad, se pasa del Estado Imperial (Babilonia, Grecia, Egipto, Roma,
etcétera) a la Edad Media con el Estado Feudal. En el Medioevo surgen los primeros
doctrinarios de la Administración, el
término administración proviene del latín ad ministratio, ad significa dirección o sentido, mientras de ministratio
se deriva de minister que
contiene la idea de subordinación u obediencia a alguien o a algo, es decir,
ejercer el mando y la autoridad sobre un territorio, sobre sus personas y sobre
sus recursos.
El Estado
Feudal importó del Estado Imperial una serie de conceptos como la normativa
para el control de las personas y de los territorios, pero, evolucionó,
principalmente en Prusia, Francia, España, Suecia, Milán, Dinamarca y Noruega,
Se debe
recordar que Roma fue primero monarquía,
luego Res Publica y luego se constituyó en Imperio. Las naciones
griegas continentales y del Peloponeso
también habían practicado diversas formas de organización de los estados, de modo que, el Medioevo poseía una rica
herencia doctrinaria y cognitiva sobre la regencia de los Estados.
No obstante,
surgen en la Edad Media los cameralistas (Guerrero-Orozco, 1986) , éstos constituían
ministros que hacían uso de los recursos del Estado Feudal y del señor feudal
para llevar a cabo la obra pública, como los recursos se guardaban en una
habitación bien resguardada, cuyo nombre era la cámara (kammer), ellos
recibieron el nombre de cameralistas.
Entre los
cameralistas destacan Juan Enrique von Justi, Nicolás Delamare, Javier de
Burgos y Lorenzo von Stein entre otros.
El cameralismo reconocía tres disciplinas de administración (Guerrero-Orozco, 1986) , a saber: la economía, la policía y la cameralia. La economía
se dedicaba a las finanzas, la policía se dedicaba a la seguridad del estado y
la cameralia al buen uso de los recursos.
DESARROLLO: Para ir
comprendiendo el hilo histórico de la evolución de los conceptos de gestión, se
debe recordar que el señor feudal hacía uso de dos instituciones para poder
mantener el control de su estado: una institución fue el vasallaje, donde la
figura activa de la autoridad era el feudatario o señor feudal, y la otra
figura era el vasallo, la parte pasiva del vasallaje, que le rendía
sometimiento al señor feudal.
Lo dicho hasta
ahora implica reconocer que al Estado Feudal le interesó lo que hoy llamamos la
ciencia de la administración, cuyos orígenes se encuentran bien fundamentados
en el cameralismo que perseguía cómo asegurar el bienestar del Estado.
Por
consiguiente, la administración es solo pública, es un error que
arrastramos desde muchos años atrás, el pensar que existe Administración
Privada, lo que hoy día en conversaciones y libros de texto comprendemos como
Administración Privada, realmente se denomina con el apelativo de gerencialismo.
Este paso de
la administración al gerencialismo se empieza a observar cuando
el Estado Feudal deja de existir y da paso al Estado Absolutista y la
transformación de éste en el Estado Constitucional de Derecho, donde fue
necesario reconocer ciertas libertades a la muchedumbre, pero, mantener bajo
teoría y hechos, el poder sobre los recursos, los territorios y las personas.
Con la
desaparición del Estado Absolutista desaparecen las ciencias camerales, pero,
ciertas instituciones del antiguo régimen son legadas con cambios y
adaptaciones al Estado Constitucional de Derecho, entre dichas instituciones se
encuentra la centralización administrativa.
En este orden
de ideas, Guerrero-Orozco (1986) señala que la ciencia de la administración
nace realmente con la obra de Carlos Juan Bonnin Principios de la
administración pública publicada en
el año de 1808. Sin embargo, la teoría de la gestión pública burocrática se
terminó de consolidar con los trabajos de Max Weber, que echó mano del anti
positivismo para abordar y explicar los fenómenos sociales.
Weber (Weber, 2005) define la burocracia
como un fenómeno racional, constituye un conjunto de técnicas y de métodos
dispuestos a la racionalización de la realidad, de modo que explora y conoce
esta realidad, la cual pretende ser controlada por un poder central, una vez
que llega a conocer esa realidad, la burocracia se dispone a estandarizarla y a
uniformarla.
Para tal
cometido, la burocracia crea aparatos que pretenden aplicar disciplina mediante
la división del trabajo ─promovida por un poder central─ esta división del
trabajo pretende dominar a los obreros y funcionarios mediante normas que
obedecen a tres principales valores: la jerarquía que deriva en mando y el
mando que deriva en autoridad racional.
La burocracia
es por consiguiente la primera escuela de la gestión, de aquí pasa a la
Ordenación Científica o taylorismo como la segunda escuela, donde destacan
principalmente Frederick Taylor, Henry Ford, Henry Fayol, Henry Gantt, Frank y
Lilliam Gilberth.
El taylorismo
u ordenación científica es la escuela de la Ingeniería Industrial, basa sus
postulados en la cadena de producción y sostiene que los problemas de la
organización deben abordarse desde las distintas tareas del proceso productivo,
con el fin de incrementar la productividad, y evitar que los trabajadores
obreros posean el control de los tiempos y movimientos de la producción.
Taylor fue
amplio en exponer sus postulados en su obra Principles of Scientific
Management de 1911, la orientación epistemológica es claramente positivista
─contario al método aplicado por Weber en sus trabajos de la burocracia que fue
anti positivista─, los métodos científicos y mecanicistas estudian la relación
obrero-producción, de modo que, se busca optimizar racionalmente la
organización del trabajo, mediante valoraciones de secuencias, tiempos y
procesos de las operaciones productivas, donde la motivación laboral dependía
de premios por alcanzar cuotas de rendimiento, erradicando la improvisación en
los procesos de trabajo.
Nótese que las
organizaciones a partir de aquí siguen siendo burocráticas, mecánicas verticales
con nuevos elementos para asegurar la productividad y optimizar la utilización
de los recursos. Estos buenos propósitos no fueron suficientes para detener la
evolución de la ciencia de la gestión, dado que, al taylorismo lo sucede la
tercera escuela de la gestión: la escuela de las Relaciones Humanas en las
Organizaciones Laborales, o bien escuela de las Relaciones Laborales.
El padre de
esta escuela es Elton Mayo, la escuela se sostiene en los postulados que
surgieron de los estudios de Mayo en la Planta Hawthorne Works de la Western
Electric Company cerca de Chicago entre 1924 a 1932, denominados Hawthorne
Studies, estos estudios y experimentos de Mayo se enfocaron en los cambios
que la producción sufre en relación con la mejoría o desmejora de las
condiciones laborales.
Mayo logra
demostrar que los obreros pierden el interés de favorecer un proyecto productivo
si no se les suministra la requerida atención, lo que impacta directamente la
eficiencia y la eficacia de la producción. Es decir, la organización no
solamente debe estudiar los tiempos, los movimientos, las fases de los procesos
productivos ─postulados de la segunda escuela de la gestión: el taylorismo─,
sino que, además, debe motivar, asesorar, dirigir y comunicarse apropiadamente
con los obreros, trabajadores y funcionarios.
Surge en
consecuencia la necesidad de comprender el comportamiento humano individual y
en grupos, para ello, es preciso la utilización de las habilidades
interpersonales, hoy día las conocemos con la etiqueta de habilidades
blandas. Mayo se constituyó en el
padre de la gerencia de los Recursos Humanos.
En esta
escuela acompañan a Mayo los siguientes científicos sociales: Fritz
Roethlisberger, Mary Parket Follet, Chester Barnard, Douglas McGregor, Abraham
Maslow, James March y Herbert Simon.
A través de
estas tres escuelas se nota un hilo conductor: ¿cómo conservar la autoridad en
las organizaciones? Para lograr tal cometido, se requiere organizar a las
personas mediante la constitución de liderazgos. Los movimientos separatistas
en la sociedad no ayudan a la mejora del rendimiento laboral; mientras que la
burocracia y el taylorismo enajenan a los miembros de un grupo humano, las
habilidades blandas buscan el efecto contrario.
La creación de
un clima cálido en las organizaciones, pretende introducir cambios en el
comportamiento de los individuos organizados en grupos de trabajo, es decir,
hay que poner énfasis en las relaciones humanas dentro del trabajo. Para esta
escuela, el factor que más incrementa el rendimiento en los procesos
productivos es la mejora de las relaciones personales entre los trabajadores y
la dirección.
Sin embargo,
la evolución de la teoría de la gestión no se detiene en la escuela de las
relaciones humanas laborales, a esta escuela le sucede la escuela denominada
Imágenes de la Organización, que postula que las organizaciones deben ser
comprendidas mediante el uso de imágenes, metáforas, analogías y paralelismos
fenomenológicos (Morgan, 1986) .
Gareth Morgan
es el padre de la escuela de las imágenes de la organización, asegura Morgan
que uno de los principales problemas de las teorías de gerencia modernas,
radica en que los modos mecánicos de reflexión están ensamblados a las ideas
acostumbradas de organización, es decir, los modelos burocráticos mecánicos
verticales, lo que comúnmente dificulta el perfeccionamiento organizacional.
Morgan (1986)
bosqueja ocho tipologías metafóricas de interpretar las organizaciones: 1) la
organización como máquina, constituye una organización racional, pensada y
estructurada con los fines de lograr la máxima eficiencia posible, aplicando la
“mejor forma” de organizar y perfilar criterios de causalidad y efecto.
2) la
organización como organismo viviente, que se adapta y sobrevive dentro de un
contexto de cambio incesante.
3) la
organización como cerebro holográfico, que posee los atributos de flexibilidad,
resiliencia e inspiración, el control inteligente es distribuido a lo largo y
ancho de esta organización, constituye un sistema que se organiza a sí mismo
como resultado de prestar atención a los cambios en el contexto.
4) la
organización como cultura de una mini sociedad, con su carga propia de valores,
rituales, creencias e ideologías, esta tipología de organización establece un
procedimiento constante para la edificación de la realidad, de modo que, los
colaboradores se enteran y generan tareas, programas, explicaciones, objetos y
escenarios de muchas formas.
5) la
organización como sistema político con arquetipos y modelos de intereses en
expansiva competición donde surgen conflictos por lograr el poder de la
organización.
6) la
organización como presidio psíquico, la organización constituye un sistema para
cazar a los individuos en sus actos y pensamientos, el prejuicio, los timos
mentales, la egolatría, las emociones tóxicas, la ilusión del control, la
incertidumbre y el talento defensivo se convierten en los principales
instrumentos de atención.
7) la
organización como corrientes que fluyen y se transforman, en esta tipología, la
organización es la insinuación de agudos procesos de cambio transformativo.
8) la
organización como instrumento de dominio
social, la organización es un sistema de explotación de sus obreros y
trabajadores, se conecta a un contexto de economía global, demostrando su tipo
de ética y lo que realmente le importa en su enfoque de hacer ganancias.
Morgan sugiere
que una sola metáfora no es suficiente para suministrar la perspectiva completa
que existe en una determinada entidad, puede que una metáfora posea una
existencia temporal, también indica que las ocho tipologías no necesariamente
son las únicas, cada observador puede traer a colación otras analogías, es
decir, quien observa la organización lleva a cabo una interpretación individual
sobre la naturaleza que una determinada organización posee en un espacio-tiempo
determinado. Morgan echa mano a las
teorías del caos y de la complejidad para definir sus tipologías y con ello,
discernir la naturaleza real de la dinámica compleja profunda de una
organización.
La última
escuela ─que es la escuela en boga─ se denomina escuela de las Organizaciones inteligentes, donde
Peter Senge puso la piedra angular de la concepción de la organización en el
año de 1990 con su obra La Quinta Disciplina (Senge, 1998) .
La
organización inteligente es aquella organización que pone su empeño en
aprender, para lograr ese cometido requiere de esquemas, sistemas y subsistemas
para la aprehensión, procesamiento, extracción de significado, difusión de la
información y del conocimiento (Méndez Benavides, 2009) .
Senge (1998) indica
que la organización inteligente aplica en su dinámica cotidiana cinco
disciplinas: 1) la maestría o dominio personal que consiste en que cada
colaborador posee una actitud y una
conducta de continuo perfeccionamiento, para progresar individualmente mediante
el aprendizaje incesante personal que se transmite a los equipos y grupos donde
comparte su función o cargo, fomentando de esa forma la reciprocidad cognitiva
entre sujeto y organización.
2) los modelos
mentales, estos modelos mentales representan en la mente de cada colaborador
una posibilidad de la realidad, el modelo mental captura lo que es común de
todas las diferentes formas posibles de la realidad, los modelos mentales constituyen una representación simbólica de
la realidad observada, pero, la realidad es más que lo que el modelo mental
reúne, dado que, hay partes de la realidad que no han sido vistas por el
observador…, de lo que trata esta disciplina es de reparar, pulir y actualizar
en forma continua los modelos mentales que los colaboradores tienen y con los
cuales se llevan a cabo los procesos de toma de decisiones.
3) la visión
compartida, esta disciplina implica que cada colaborador de la organización
exprese su visión individual del trabajo que la organización implementa para la
sociedad, luego, los grupos y equipos de trabajo construyen una visión
particular, para posteriormente, la organización en general redacte la visión
que los diversos individuos y grupos han expresado, es decir, se trata de tejer,
construir y compartir un conjunto de desafíos, metas, valores y misiones, levantando
estas ideas rectoras desde los colaboradores, haciéndolas subir por los grupos
y creando una visión general para la organización.
4) el
aprendizaje en equipo, esta disciplina implica que los grupos no necesariamente
trabajan en equipo, por consiguiente, la organización requiere conformar conjuntos
de colaboradores que permitan consolidar un aprendizaje en equipo, esto se hace
mediante la aplicación de una serie de técnicas de comunicación y reflexión,
donde la utilización de plataformas informáticas hacen un aporte sustancial
para la implementación de la inteligencia de la organización.
5) el
pensamiento sistémico, esta disciplina consiste en que la organización, a
través de sus equipos y herramientas de inteligencia, monitoreen las variables
del entorno, de modo tal, que se pueda interpretar el patrón de interconexión
que poseen dentro de un espacio-tiempo, facultando con ello la percepción de
las interrelaciones que subyacen en un entorno atiborrado de complejidad, variedad
y cambio continuo, de tal forma, que la organización logra desarrollar la
habilidad de detectar las conexiones
entre los diversos puntos, sucesos y datos, logrando descifrar un todo que es
más que la sumatoria de sus respectivas partes.
Imagen No. 3: Las cinco
disciplinas.
Fuente: Méndez Benavides 2009.
De acuerdo
Chun Wei Choo, el alma de la
organización inteligente está depositada en el manejo exitoso de los procesos
de captura, análisis, dotación de significado y utilización de la información y
del conocimiento, por consiguiente, el aprendizaje organizacional posee tres
fenómenos: 1) la percepción de la realidad a través de significados
compartidos, 2) la creación de conocimiento por medio de la conversión y
difusión de diferentes modalidades de gestión de cápsulas cognitivas y 3) la
toma de decisiones mediante la aplicación de algoritmos y automatismos que
reducen la complejidad y la falta de resolución, (Wei Choo, 1999) .
Nótese que
para Wei Choo información no es necesariamente sinónimo de conocimiento,
entrémosle a este asunto con pinzas y escalpelo de cirujano. Que la información
no constituye vis a vis conocimiento implica que en algún momento del
proceso, la información pasa por la criba de un modelo mental y el producto de
ese filtro constituye conocimiento, empero, si ese conocimiento no se aplica en
la capitalización de oportunidades y en la resolución de problemas, se evapora
y se lo lleva el viento.
Imagen No. 4: Captura y
accionamiento de la realidad. Fuente: Méndez Benavides (2008).
La imagen No.
4 describe este fenómeno insinuado por
Wei Choo, el símbolo, el dato y la información constituyen constructos que le
permiten al colaborador de la organización capturar la realidad, cuando esta
construcción cerebral pasa por la criba del modelo mental del colaborador se
produce el conocimiento, es decir, conocer es un producto humano, no es un
fruto de la naturaleza salvaje, conocer constituye un producto del intelecto
humano, este conocer y sus diversos niveles de propiedad y utilidad dependen de
la calidad de los modelos mentales de quienes también antes percibieron una
realidad y la contuvieron dentro de una cápsula informativa, por consiguiente,
el cerebro utiliza el conocimiento ajeno como información primaria para
producir conocimiento nuevo como producto secundario derivado del primero.
Este
conocimiento derivado es el que le permite a la organización accionar la
realidad, ahora bien, para que produzca
resultados en la eficacia y en la eficiencia del actuar de la organización, el
conocimiento debe aplicarse en dos direcciones: 1) la capitalización de las
oportunidades que el contexto le suministra a la organización y 2) en la
solución de los desafíos o problemas que el contexto también le proporciona a
la misma organización.
Imagen No. 5: Etapas de
la construcción de una competencia esencial. Fuente: Eduardo Bueno (1998).
Cuando la
organización ha repetido la aplicación de ese conocimiento en las dos
direcciones antes indicadas, estamos ante la presencia de una prerrogativa
esencial de la organización (Bueno Campos, "Gestión del
conocimiento, Aprendizaje y Capital Intelectual", 1999) y (Bueno Campos, 1998) , en otras palabras,
el proceso anterior es la forma mediante la cual cualquier organización
construye lo que Michael Porter denominó en su momento la ventaja
competitiva (Porter, 1980) y (Porter, La ventaja competitiva de las naciones,
1990) .
Imagen No. 6: La
creación del capital intelectual: Fuente: Eduardo Bueno (1999).
Este
conocimiento organizacional no surge de la nada, debe pasar por una serie de
etapas y pasos que le convierten en una
capacidad fundamental de la organización inteligente, esa es la forma mediante
la cual la organización aprende, ─véanse
las figuras No. 5, 6 y 7─ tenemos entonces que aprender en términos
organizacionales constituye construir competencias esenciales para la
organización.
Imagen No. 7: Dimensiones sistémicas del conocimiento organizacional.
Los trabajos
de (Salmador Sánchez, 2004) , de Bueno (1998), de (Davenport, T. & Prusak, L., 1998) y de (Méndez Benavides, Análisis del artículo Gestión del Conocimiento: una
visión integrada del aprendizaje organizacional del Dr. Reinaldo Plaz
Landaeta., 2005)
permiten construir la imagen No. 7, la cual contiene el flujo que va desde el
dato hasta la construcción de la competencia esencial o bien, como lo denomina Méndez Benavides
(2005) y antes (Argyris, 1999) con la etiqueta de conocimiento en
acción.
Este flujo lo
explica (Plaz Landaeta, 2005) mediante lo que él denomina
Ciclo de Gestión del Conocimiento ─véase imagen No. 8─, este ciclo contiene
cuatro fases, a saber: 1) creación y captura de la información, 2) distribución
y compartición de la información, 3) asimilación y aplicación del conocimiento,
4) reutilización y renovación del conocimiento; de esta forma, el ciclo permite
medir con indicadores la dinámica de cada etapa, el mapeo del conocimiento y la
obtención de indicadores de capital intelectual.
Imagen No. 8: Ciclo de
Gestión del Conocimiento Organizacional.
Queda por
agregar la forma mediante la cual la organización y los gerentes acuden al
desafío que los diversos entornos le presentan, en este orden de ideas Markus
Schwaninger de la Universidad San Galo (Schwaninger, 2009) y (Schwaninger, Managing Complexity. The Path Toward Intelligent
Organization, 2000) , ha proporcionado dos ideas poderosas:
1) la organización constituye un agente ante el contexto, del cual se sirve de
información, la filtra mediante la función de atenuación, la procesa, luego,
transforma y reconstruye agregando o retirando propiedades, su producto o
servicio para luego, inyectar su producto o servicio al contexto mediante el
uso de la amplificación, véase la siguiente figura de esta primera idea:
Imagen No. 9:
Interacción cibernética de la organización con el contexto.
2) el
verdadero trabajo de los gerentes dentro de la organización inteligente, es el
diseño y rediseño del modelo de gestión y del modelo del negocio de la
organización, de modo que, el modelo de gestión sea capaz de absorber y lidiar
con el noventa y cinco por ciento de la variedad oscilante que emite el
contexto, quedando un cinco por ciento de la variedad residual que logra
traspasar el modelo de gestión por falta de ajuste del mismo, constituyendo
esta variedad residual la materia prima para el trabajo de la gerencia.
Imagen No. 10:
Comportamiento de la variedad ambiental y residual ante el modelo de gestión y
ante la gerencia.
REFLEXIONES: Hasta aquí
tenemos que reflexionar que el conocimiento en la escuela de la Burocracia ─aparte
de que es suministrado por los dioses al hombre─ consiste en imponer una serie
de reglas rigurosas, dividir el trabajo, establecer jerarquías de autoridad y
llevar a cabo comportamientos impersonales administrativos, es decir, no
importa quién sea usted, lo que importa es el cargo que usted ocupa, esta forma
de administrar se le conoce con el nombre de modelo
burocrático-mecánico-vertical, que en su momento Max Weber tildó de máxima
racionalidad.
En la escuela
del taylorismo u Ordenación Científica, el conocimiento constituye una serie de
herramientas y de métodos cuantitativos para medir y establecer indicadores de
eficiencia y eficacia en los procesos de producción, el trabajo constituye un
fenómeno que se debe ordenar científicamente, los estados de motivación se
refieren únicamente a los premios por la eficiencia.
En la escuela
de las Relaciones Humanas Laborales el conocimiento versa alrededor y sobre la
conducta humana del obrero, a este trabajador se le motiva, se le asesora, se
le conduce mediante la creación de liderazgos que en su ambiente laboral
generen un clima cálido de aceptación y sentimiento de pertenencia, de esa
forma, la eficiencia y la alta productividad están relacionadas con la gerencia
del recurso y del potencial humano.
En la escuela
de las Imágenes de la Organización, el conocimiento está referido a la forma
mediante la cual un trabajador o un observador asimila la función de la
organización, de acuerdo a una serie de analogías, metáforas y símiles que le
permiten asignarle significado a la entidad, estas imágenes pueden ser
mezcladas para darle una tintura dinámica y versátil a la empresa.
Por último, la
escuela de las Organizaciones Inteligentes sostiene que el conocimiento tiene
que producirlo la organización mediante una serie de pasos y formalidades, que
una vez que ha logrado construir ese conocimiento, debe aplicarlo repetidamente
en la capitalización de las oportunidades y en la solución de los problemas que
surgen del contexto donde opera de esta forma crea una competencia esencial.
Queda abordar
para los próximos artículos aspectos relevantes a la estructura de las
organizaciones inteligentes, aspectos relevantes a la forma de aprendizaje que
poseen estas entidades, la manera de motivar y liderar a sus colaboradores. Es
todo.
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